martes, 16 de mayo de 2017

Modernidad



   ¡Hala… por fin se ha ido! Era lo que deseabas ¿No? Pues ya lo conseguiste; libertad para todo. Podrás relacionarte sin tapujos con el maromo ese con pinta chulo-putas al que haces ojitos. Algo te dice que ese fulano, que no te desagrada, tiene malas pulgas y la mano suelta; cuando pase el cortejo lo comprobarás. No sé, no sé. Pero, bueno, es lo que se lleva hoy en día: violencia. Y tú eres muy moderna. Tan moderna que decidiste separarte asesorada por tus amigas, “No tienes porqué soportar a ningún hombre, tienes derecho a ir cambiando de compañero; además te pagará pensión para ti y tus hijos. Es legal, cientos de mujeres lo hacen todos días”.
   Todo muy actual, mujer de rompe y rasga. Ahora podrás floretear a tu antojo siendo los niños mayores. Mantenida y eligiendo compañía, te sentirás realizada a tope; sin obligaciones, sólo acicalarte. Todo muy ejemplar.
   Otra cosa es que tus hijos soporten ese cuadro; se irán, o te echarán a ti, Lo ves venir. Tus amistades lo celebran y te animan, pero algo dentro de ti te quita el sosiego, te vienen oleadas de melancolía, y un nudo constante en la garganta.
   Obras mal y lo sabes. Mentir a los demás es fácil; mentirte a ti, imposible.
   Recuerdas cuando le comunicaste tu insólita decisión: “Quiero separarme…” él se quedó parado, no se lo esperaba, estuvo a punto de derrumbarse, le conocías bien; se dio la vuelta y salió del cuarto para que no le vieras llorar. Te había puesto el desayuno y ordenado la ropa del tendedor; tenía detalles como estos y otros que sabía de tu gusto. Nunca se lo agradeciste.
   Te extrañó el giro de actitud de tu marido; después de ausentarse por trabajo una semana, te facilitó de manera sencilla la cantidad que tendría que pagarte al mes.
   —Pero ¿y tú cómo vivirás?, te queda insuficiente…
   —No te preocupes, en la cabina del camión haré mi vida; necesito poco.
   Se comprobó posteriormente que tu marido no era moderno; eso de pagar a su ex por divertirse y quedarse con la casa y permanecer él en la penuria no lo comprendía… no era moderno.
   Te llevaste sorpresa cuando no recibiste lo acordado. Al indagar descubriste que él, después de “limpiar” la cartilla, se despidió del trabajo y se dio a la buena vida mientras duró la pasta. Luego, él tiró por la calle de en medio.

Vicente Galdeano Lobera.


2 comentarios:

  1. Siempre es un rato agradable poder leer tus narraciones cortas. En esta, el argumento es de los que hacen pensar. Bien desarrollado. Me da la sensación de que completas el círculo iniciado con el anterior relato. La estructura sintáctica bien y el léxico llano y comprensible.Vicente, sigues siendo un enamorado de lo que construyes.

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  2. Realidades que hay que vivirlas desde fuera , lo que tiene que ser crudo y malo es vivirlo en entornos próximos o muy allegados .

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