miércoles, 30 de marzo de 2022

Taller de escritura


Con riesgo de evacuar fuera de tiesto, dado el carácter de mi blog, me atrevo a opinar sobre el alumnado del Taller de Escritura del que formé parte hace tiempo.

El dilema es de órdago; el plantel de escribidores del curso, dada la calidad y heterogeneidad de estilos, es difícil de evaluar; procederemos por orden alfabético. Vamos allá.

Febrel; hombre ilustrado que con sentido del humor nos deleita con relatos atractivos ricos en expresiones y trazos históricos. Sigue así, Pedro.

Giménez; mujer trabajadora constante que toca todos estilos con acierto plasmando con habilidad los encargos de la maestra. Es autora de un magnífico libro de relatos. Gracias, Maria-Jesús.

Lacoma; Hombre pragmático y bregado en literatura, Escribe y dice con corrección lo que quiere decir. Adelante, Isidro,

Martínez; la conozco apenas, como yo mismo, acude poco a clase; aun así ha presentado dos relatos para el libro en común. Bien, Ascensión; todo se andará.

Pabán; Hombre que más que escribir, recita historias -con excelente voz-, de los valles oscenses; como la vida misma. Fabuloso, Chema.

Puértolas; autora de narraciones de notable calidad que el buen timbre de su voz les da realce. Y sus comentarios también. Enhorabuena, Marga.

Pueyo; magnífico administrador y escribidor de historias personales que tienen el valor añadido de su humildad. Un abrazo, Jesús.

Ramón; autora con mucha personalidad que demuestra con sus acertados comentarios y opiniones sobre el alumnado. Escribidora notable. Muy bien, Tere.

Reblet; Escritora de la que puedo opinar poco; la asistencia a clase no es su fuerte. Su relato plasmado en el libro sobre una guerrillera, me ha encantado. Excelente, Carolina.

Redondo; nuestro delegado es plasmador fiel a diversos estilos que propone la maestra escribiéndolos con calidad. Muchas gracias, Agustín.

Roy; autor que se lleva la palma en humor, ironía y naturalidad. No encuentra dificultad en los distintos temas propuestos por Rosa. Adelante, Jose-Luis.

Serna; poco puedo opinar de esta autora, por problemas personales asiste poco a clase. Aun así, ha publicado en el libro común. Adelante, Candy.

Simoes; con la iglesia hemos topado; hay que poner mucha atención al escuchar sus relatos. Sólo al leerlos, aprecias la buena calidad de su escritura. Felicidades, Gilmar.

Quedo yo; pero no soy el más indicado para catalogar mi escritura. Tienen que ser otros. Aun así me atrevo a señalar que en mis relatos, es difícil encontrar uno donde, venga a cuento o no, no se repartan severas tandas de palos aplicadas a los malos ¡Qué le vamos a hacer!

Como conclusión, se puede añadir, dados los estilos observados, que si empleáramos el rato de clase en asuntos literarios en vez de andar por las ramas con temas que no vienen al caso, seríamos algo muy similar a la flor y nata de la intelectualidad. A nivel elemental, claro.



Vicente Galdeano Lobera.