lunes, 30 de marzo de 2020

Desliz


Desliz

Estoy embarazada. No le voy a decir nada a Julián; guardaré el secreto y nadie sabrá quien es el padre de mi hijo.
Julián estará de fin de semana con su familia y no le voy a incordiar. Tampoco quiero romper un matrimonio que parece bien avenido. Además, Julián no me gusta, se está quedando calvo y tiene papada y barriga.
Reconozco que tuve yo la culpa, al asistir a su clase, otras alumnas se lo disputaban con intención de que las aprobara; la verdad es que él se ponía las botas. No sé cómo entré en ese juego, en esa competición estúpida. En parte porque yo me he considerado siempre la más guapa y, sobre todo, muy deseada por los hombres; y claro, en este asunto tenía que ser la primera también. Y pasó lo que pasó.
Menos mal que tengo a mi novio de siempre que me adora, me idolatra, cuando está conmigo se deshace y no ha estado con ninguna mujer, yo lo sé; será fácil por tanto cargarle el mochuelo.
En mi interior, algo me dice que es pecado muy gordo lo que voy a hacer. Lo reconsidero y como lo mantendré oculto, ni Julián sabrá nunca que es hijo suyo.
Aun reconociendo mi culpabilidad, no pasa de ser un desliz.

 Vicente Galdeano Lobera.



2 comentarios:

  1. Muy hábil, la chica; encima de dejarse preñar por un pendejo, se lo empluma a otro. Bueno, siempre podrá presumir de poco señorío y de menos formalidad. Además engañará a todos menos a su conciencia. No le arriendo las ganancias, no. Me gusta como escribes.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar